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Juan Melchor Bosco Occhiene, más conocido como
Don Bosco (en italiano Giovanni Melchiorre Bosco), nació el 16 de agosto de
1815, en un pequeño caserío de Castelnuovo D’Asti, en el
Piamonte, llamado popularmente `I Becchi.
Fueron
sus padres: Francisco Bosco y Margarita Occhiena, eran sencillos campesinos que
vivían de su trabajo, personas de fe, que confiaban en la Providencia divina. A
los dos años murió el padre. El protagonismo en la formación de la infancia de
Juan recaería entonces en manos de su madre. Una mujer de un férreo carácter,
una sólida devoción y una intensa fidelidad a su familia. No buscó un segundo
matrimonio, sino que sola se dedicó a formar a sus tres hijos varones entre los
que entraba Antonio, el cual quedó huérfano de padre y madre.
En 1825 Juan tendría una experiencia que marcaría su vida y que
ha sido registrada como «el sueño de los nueve años»:
le pareció estar en medio de una multitud de muchachos entregados a sus juegos,
pero algunos de ellos blasfemaban. Rápidamente Juanito se arrojó sobre los que
blasfemaban, con sus puños y a patadas para hacerlos callar; pero he aquí que
se presenta un Personaje que le dice: `No con golpes, sino con la mansedumbre y
con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Yo te daré la Maestra bajo
cuya disciplina llegarás a ser sabio; y sin la cual, toda sabiduría se convierte
en necedad. El Personaje era Jesús y la Maestra María Santísima, a cuya guía se
abandonó toda la vida y la honró con el título de “Auxiliadora de los cristianos”.
En 1828 deja I Becchi y va a trabajar como Pastor de la casa de
la familia Moglia en Moncucco.
El 5 de junio de 1841, fue
ordenado Sacerdote, por Monseñor
Franzoni, arzobispo de Turín, en la capilla privada arzobispal. Celebró su
primera Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís en Turín, ante el
altar del Ángel de la Guardia.
En
aquellos tiempos, Turín estaba llena de muchachos pobres en busca de trabajo,
huérfanos o abandonados, expuestos a muchos peligros para el alma y para el
cuerpo. Don Bosco comenzó a reunirlos los domingos, ya en una iglesia, ya en un
prado, ya en una plaza, para hacerlos jugar e instruirlos en el Catecismo,
hasta que, después de cinco años de enormes dificultades, logró establecerse en
el barrio periférico de Valdocco y abrir su primer Oratorio. En él, los
muchachos encontraban comida y alojamiento, estudiaban o aprendían un oficio;
pero, sobre todo aprendían a amar al Señor.
En 1842 fundó el
Oratorio de San Francisco de Sales. Estableció luego las bases de la
Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos.
El 26 de enero de 1854 nace oficialmente la Congregación Salesiana.
En 1864, diez años después, se pone la primera piedra del Santuario
de María Auxiliadora en Turín-Valdocco,
dedicado a la Virgen, a la que siempre sintió compañera y ayuda en su camino.
En 1872, ocho años más tarde, inicia Don Bosco el “monumento vivo de
la Virgen”: el Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas), junto con María Mazzarello. También fundó los Cooperadores
Salesianos, tercera rama de la Familia Salesiana.
El 31
de enero de 1888 en Turín, en
la madrugada, murió San Juan Bosco. A los salesianos
que están en torno a su lecho les dice sus últimas palabras: “Quereos como hermanos… Haced el bien a todos, el
mal a nadie… Decid a mis muchachos que los espero a todos en el paraiso"
El
2 de Junio 1929 fue beatificado.
El
1 de Abril de 1934 fue canonizado por S.S. el Papa Pío XI, para lo cual se presentaron 650 milagros obrados por él.
Su festividad
se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.
Es la vida de don Bosco; todo un
manantial de gracias de parte de Dios, expresado en toda la humanidad y de una forma
concreta en la gran familia Salesiana que inspira a muchos jóvenes a ser buenos
cristianos y honrados ciudadanos.